Y en realidad no debería sorprendernos en absoluto, dado que se trata de la forma natural que tienen de comportarse los mercados de renta variable. Por fin, los índices americanos están registrando su peor comportamiento de los últimos años, una circunstancia largamente esperada por muchos, sin que ello necesariamente venga a significar que los descensos se vayan a extender en el tiempo y se haya marcado un cambio de tendencia a largo plazo.
Los recortes, no obstante, han coincidido curiosamente con la escalada en rentabilidad de los bonos americanos a 10 años, que tocaron su mayor nivel en cuatro años hasta el 2,85%. Por tanto, atribuir las caídas en las bolsas al cambio de ciclo en política monetaria, no por simplista, deja de parecer lo más lógico. Ya venía tocando.
Fuente: ft.com
Venía tocando suponer que, si la economía está tan bien, con un ritmo de expansión global previsible (al menos el FMI así lo apunta) cercano al 4%, hay que dejar de estimular ya a los mercados con financiación gratuita. La enorme complacencia que han mostrado las bolsas durante el último año, no debe inducirnos a error ni a excesos de confianza, y sería bueno tomar inmediatamente nota de ello para que los mercados en 2018 no nos pillen por sorpresa.
La volatilidad exhibida por los precios de los activos de riesgo en 2017 fue extraordinaria e inusualmente baja, a pesar de la incertidumbre política, del Brexit, del proteccionismo comercial y de los desafíos militares de Corea del Norte, entre otros riesgos. Los mercados de bonos y de acciones se han desenvuelto hasta ahora bajo los efectos anestésicos de la actuación de los bancos centrales, empeñados en adulterar las condiciones de liquidez.
Así, los índices han alcanzado unas valoraciones que se me antojan, cuanto menos, poco atractivas.
¿Significa esto que las bolsas no pueden seguir subiendo? No necesariamente. Cuando discutimos sobre precios y valoraciones de activos, a menudo ocurre que un activo que se paga caro (un inmueble, una obra de arte, o las acciones de una empresa) puede seguir cotizando e intercambiándose a precios más caros más adelante hasta pasado algún tiempo. Las dinámicas del mercado funcionan así. Aunque no estamos hablando de cuerpos físicos, los flujos tienen cierta inercia y debemos tener presente que las condiciones financieras actuales han empujado ya a muchos inversores a invertir de esta manera, pagando sin mirar, ante la falta de alternativas.
Conviene tener presente, que si las condiciones de liquidez cambian, la actitud de los inversores también va a cambiar, al tiempo que variarán los retornos esperados para las inversiones y las valoraciones de los analistas. Todo esto debe hacernos reflexionar y ponernos en alerta para adoptar una razonable actitud de cautela a la hora de asignar nuestro dinero. En el futuro, hay que prepararse para asistir a una mayor volatilidad.
Alejandro Varela, CIIA | Gestor del Fondo Renta 4 Renta Fija Mixto en Renta 4 Gestora
Source: Renta 4 – El color de los mercados